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1 de enero de 2011

“Hay que conectar la crisis ambiental con la crisis de los cuidados”

30-12-2008

Entrevista a Yayo Herrero, coordinadora de Ecologistas en Acción
“Hay que conectar la crisis ambiental con la crisis de los cuidados”



El IV Congreso de Ecologistas en Acción a principios de diciembre, congregó a más de 250 representantes. Herrero nos presenta algunas líneas estratégicas de una confederación que cumple diez años.

DIAGONAL: En el Congreso se adoptaron dos líneas: el decrecimiento y el ecofeminismo. Dos respuestas a la crisis global que estamos viviendo (y que lleváis años pronosticando), ¿qué claves aportan para entender y cambiar un modelo de vida depredador?

YAYO HERRERO: La crisis financiera que vivimos es a la vez económica, ecológica y social. Tiene que ver con la cultura, con la forma de estar en el mundo. El decrecimiento propone salir de la lógica del crecimiento, de la extracción ilimitada de materias y la generación de residuos. Nos parece muy interesante el concepto porque tiene cobertura para muchas luchas que llevamos desarrollando en torno al transporte, los transgénicos, los residuos... Pero somos conscientes de que es complicado cuando la respuesta que se está dando a la crisis es seguir huyendo hacia adelante, cuando se están haciendo despidos masivos. Es complicado porque rompe con algo muy asentado en el imaginario colectivo: que el sistema sólo funciona cuando crece. El ecofeminismo permite vincular la crisis ambiental con la crisis de los cuidados, colocando los cuidados como eje de las luchas. Es un tema poco trabajado en la organización. Por eso, la intervención en el Congreso de Amaia Pérez Orozco [economista y feminista], que fue brillante, abrió muchas puertas. El reto ahora es integrar el decrecimiento y el ecofeminismo en las distintas comisiones y aterrizar estos conceptos en propuestas concretas.

D.: El concepto de 'decrecimiento’ suscitó controversia...

Y.H.: En general, la propuesta ha sido bien acogida, pero es cierto que ha habido críticas al término, aunque no a la propia idea. Algunas personas critican que es un concepto confuso y que puede generar rechazo, y que es mejor hablar de reducción sin usar el término decrecimiento. La campaña que hemos puesto en marcha, “Vivir mejor con menos”, utiliza un eslogan que pretende, precisamente, que todas las personas de la organización se sientan reconocidas.

D.: Uno de los distintivos de EeA es la autonomía de las comisiones y los grupos federados. ¿Cómo se gestiona esa diversidad y se coordinan propuestas unitarias en temas que han resultado espinosos, como los biocombustibles?

Y.H.: En estos tiempos en los que las luchas se dividen tanto, el hecho de que llevemos diez años es algo que debemos mimar mucho. En EeA hay grupos conservacionistas –que defienden la tierra más próxima–, grupos más estrictamente políticos, mujeres y hombres... Hay una diversidad de miradas sobre el ecologismo y para posibilitar que convivan es necesaria una cultura del consenso. El tema de los agrocombustibles nos ha llevado un año entero. Hubo infinitas reuniones para acercar posturas y hasta que no se llegó a una postura para que todos se sintieran reconocidos no se adoptó un documento de posicionamiento. Pero en ocasiones el conflicto ha provocado que algunos grupos abandonen la Confederación, como ocurrió en Extremadura, donde hubo un proceso de mediación de un año que se agotó. La resolución de conflictos está bastante asentada en la organización. Para esto hemos realizado talleres de construcción colectiva de ideas, de cómo construir relaciones horizontales. Y ésta es una línea también apoyada en el Congreso de Valencia. Otro reto que nos hemos planteado es aumentar la participación de mujeres en la Secretaría, que es minoritaria a pesar del esfuerzo. Para eso hay que superar las lógicas de agresión en las discusiones, ser conscientes de que tan importante como manifestarse es posibilitar una organización donde conviva la diversidad.

D.: Conectáis la defensa del medioambiente con la justicia social y en este enfoque holístico habéis ido integrando nuevas temáticas y líneas de trabajo, ¿qué ejemplos destacas de tus seis años en EeA?

Y.H.: En el tema de los transgénicos, el enfoque es ahora más integral: unimos transgénicos con soberanía alimentaria y con las demandas de grupos como Vía Campesina. En el Congreso fue recurrente el apoyo a las iniciativas nuevas de economía social, como las cooperativas de consumo. El cambio climático se ha conectado con la pobreza (con conceptos como ‘deuda ecológica’) la movilidad y el transporte. También es muy acertada la vinculación de la crisis financiera con la crisis energética. Y destacaría la movilización local a través de plataformas como Refinería No, el movimiento contra las térmicas, las instalaciones nucleares o el Tren de Alta Velocidad en distintos territorios.

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