Conclusiones del debate “ConSumo Derroche”, en el marco del Simposio Internacional 'Pobre Mundo Rico'
“El modelo de consumo es insostenible y suicida”
Rebelión
En el debate se abordó el despilfarro del Norte: la gente se endeuda para consumir, y se señalaron alternativas de consumo: comercio justo, banca ética, teoría del decrecimiento, y las tres erres. Se apuntó la necesidad de compromiso individual y de ejercer presión política sobre empresas y Estado. Se trató el papel de la publicidad como motor del modelo de consumo: “diariamente recibimos 220 impactos publicitarios sólo a través de la televisión, con los efectos que conlleva”, según Isidro Jiménez
Amarante, A Cova da Terra y ConsumeHastaMorir –de Ecologistas en Acción- debatieron en Santiago sobre el consumismo (“ConSumo Derroche”), en la última mesa-debate que se celebró en Santiago previa a la clausura del día 29, de “Pobre Mundo Rico”. Xoán Hermida (de Amarante), habló de las nuevas pautas de consumo para enfrentar “un modelo dominante de desarrollo que genera desigualdades sin precedentes entre norte y sur, y conduce al planeta al borde del desastre”. Clara María Raposo (A Cova da Terra) ahondó en las alternativas y en los principios del cambio, e Isidro Jiménez (ConsumeHastaMorir, Ecologistas en Acción) explicó el papel de la publicidad como vehículo del modelo dominante y motor del consumismo.
Modelo de consumo insostenible
Tod@s coincidieron en denunciar un modelo de consumo insostenible de Occidente, en un tiempo en el que “tres cuartas partes de la humanidad tienen como única preocupación su supervivencia”, señaló Xoán Hermida. Isidro Jiménez destacó una insostenibilidad “que no se puede extender al resto del mundo, ya que harían falta tres planetas para dar respuesta al grado de consumo actual”. Un modelo del que destacó su despilfarro: según datos de la FAO, (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), entre el 10 y el 40% de la producción de alimentos se pierden sin ser consumidos, y en el que un tercio de los consumidores adultos tiene una leve adicción al consumo, y la gente se endeuda para consumir más”.
“Hay alternativas reales y muchas están funcionando”: Clara Raposo
Frente al modelo de crecimiento económico que entroniza el consumo, surgen nuevas pautas de ‘consumo responsable’ como factor de cambio. Xoán destacó entre ellas la producción ecológica, el pequeño comercio local y las dos “R” olvidadas: la reutilización y el reciclaje. Destacó también el comercio justo, que es “la humanización del comercio, de manera que garantice condiciones de producción de salarios justos para la población”. En este sentido Xoán Hermida apostó por un modelo integral de comercio justo, gallego y alternativo: “pensado desde la realidad gallega y que considere los pequeños productores del norte y del sur, los trabajadores frente a la explotación salarial y los derechos del consumidor”. La banca ética fue otra de las alternativas referidas: contraria a la convencional cuyas pautas de comportamiento general la lleva a moverse por sus intereses en sectores energéticos, inmobiliarios y armamentísticos, señaló Xoán.
La teoría del decrecimiento: Reducir, Reutilizar, Reciclar
Clara María Raposo explicó otra alternativa que empieza a darse a conocer y que alude a un ‘decrecimiento’: “no significa retroceder sino frenar, detener el crecimiento imparable. Esto a quien más perjudica es a las multinacionales, a nosotros puede beneficiarnos”. Señaló que ha llegado el momento de hacer una revolución, y que puede estar en ese ‘decrecimiento’.
La filosofía de la teoría del decrecimiento se fundamenta en reducir, reutilizar y reciclar (las tres erres): “hay que exigir que se reduzca la producción y se reutilice. Conceptos que no entran en el discurso emanado desde el Estado y de la publicidad (sí el de reciclar, que conlleva seguir produciendo), porque paralizan el modelo de crecimiento”, señaló.
Trabajar con lo pequeño, desobediencia civil
Clara Raposo quiso señalar también una serie de principios para operar una revolución en este sentido, que pasa por “no cooperar con el sistema que nos esclaviza, trabajar a nivel de escala, esto es, con lo pequeño, y ejercer una desobediencia civil: no hay que tener miedo de desobecer a lo que nos mandan, porque lo que nos mandan no siempre responde al interés ciudadano”. Explicó que detrás de cada alternativa hay una filosofia de cambio. Señaló como ejemplo que en el transporte –por ejemplo- tenemos alternativas: utilizar la bicicleta, el transporte público, compartir coche… En cualquier ámbito sobre el que se aplique se trata de provocar un decrecimiento, de no contribuir a generar más, sino a reutilizar”, explicó.
Compromiso y toma de conciencia
“Tenemos que ser conscientes de que día a día desarrollamos un papel importante, y que no podemos rehusar del derecho de consumidores”, afirmó Xoán Hermida. Inseparable a la adopción de unas pautas de consumo responsable y de alternativas, surgió en el debate la necesidad de “tomar conciencia e indignarnos. De recuperar la capacidad de indignación para generar el cambio a nivel individual, social y político”, señaló Clara, que defendió la necesidad de ejercer un consumo crítico. Xoán destacó que “el nivel de compromiso que exige este tipo de conducta es mínimo, y sin embargo hay mucha gente inconsciente”, indicó. Clara apuntó que debe ser una iniciativa individual pero que es necesario unirse socialmente y presionar a las administraciones para que actúen.
Presión política: Responsabilidad Social Corporativa, papel del estado
Xoán Hermida destacó la importancia de ejercer una presión política sobre las multinacionales para que cambien sus hábitos de producción y sobre los gobiernos para que lleven a cabo una compra pública ética. En el debate surgió la Responsabilidad Social Corporativa como estrategia de marketing de las empresas. Clara María Raposo señaló “es incompatible explotación y cooperación”. Xoán Hermida quiso señalar que no obstante, la propia Responsabilidad Social Corporativa empieza ya a derivar en una mala imagen para las empresas, que a pesar de sus esfuerzos publicitarios por transmitir la ‘limpieza’ de sus actuaciones, empiezan a dar a conocer sus efectos. Puso el ejemplo del BBVA en América Latina. “Hay que presionar al Estado para que legisle: que comience a meter mano en las empresas y tome cartas en el asunto, señaló Clara, afirmando que “Aunque nosotros también, las administraciones tienen uma responsabilidad y hay que se exigírsela”.
La publicidad como motor del consumismo
Isidro Jiménez centró su intervención en la relación publicidad-consumo y en el papel de la misma como creadora de deseos y vehículo del modelo de crecimiento dominante que pivota sobre el consumismo. En un recorrido por la publicidad a lo largo del siglo XX, Isidro destacó la evolución de las técnicas y estrategias publicitarias en aras de hacer partícipe a la sociedad en el modelo de consumo.
“Vemos 4 horas de televisión a diario, 220 impactos publicitarios, con los efectos que conlleva”, afirmó. Señaló cómo hoy asistimos a una gran saturación publicitaria: “el porcentaje de tiempo dedicado a la publicidad en el telediario es el mismo que el dedicado a materias de educación, sanidad y cultura”, apuntó, y destaco el carácter desinformativo de la publicidad, que ya no dice nada acerca del producto. Isidro mencionó también la desinformación como método, que opera entre otros en base a tecnologismos de manera que haga incomprensible los mensajes. Además, señaló, “la publicidad se ha especializado en insultarnos, nos dice que somos imperfectos y que tiene la solución para perfeccionarnos, para que no dejemos de comprar”.
Desigualdades derivadas del modelo de crecimiento
Los participantes en el debate quisieron señalar también unas desigualdades entre el norte y el sur que derivan del mismo modelo económico de crecimiento que entroniza el consumo. Xoán Hermida destacó unas desigualdades que se hacen cada vez más grandes, no tienen precedentes: “asistimos a la privatización de los recursos, a las desigualdad humanas, desequilibrios territoriales y a nivel medioambiental estamos al borde del infarto ecológico, cerca de la sexta extinción, provocada por el ser humano”. Clara señaló que “nunca hubo tantas Cumbres para combatir la pobreza como en la actualidad y nunca han aumentado tanto las desigualdades y la opresión de los más fuertes como hoy”. Xoán continuó explicando la concentración de la riqueza y del poder a nivel mundial: “una economía global piramidal que va en provecho de los más ricos”, afirmó.
Un desarrollo suicida
“El modelo de desarrollo es suicida”, señaló Xoán. El problema del consumo energético fue señalado como una amenaza real de destrucción global por Xoán. Isidro comentó respecto a la huella ecológica que España ha contaminado el doble de lo que el territorio soporta. Xoán se hizo eco de las características de este modelo económico dominante, responsable del consumismo del norte, y acusó del mismo que “el Producto Interior Bruto es el principal indicador del crecimiento de los países, el desarrollo humano es cero y la falacia del comercio internacional que es libre para el capital no para los trabajadores”.
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