La comunidad Mitzitón sufre el acoso del Ejército de Dios
La autopista San Cristóbal-Palenque, detrás del conflicto
Violencia y provocación de paramilitares evangélicos
La comunidad zapatista se opone a proyecto carretero que destruirá bosques y predios
Mitzitón, donde opera principalmente el Ejército de Dios al amparo de policías
Integrantes del Ejército de Dios marcharon el pasado 18 de enero en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en demanda de indemnizaciones porque fueron expulsados de sus viviendas
Hermann Bellinghausen
Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 6 de marzo de 2010, p. 11
San Cristóbal de las Casas, Chis. 5 de marzo. El papel protagónico de la organización evangélica Ejército de Dios en recientes conflictos comunitarios en ejidos y poblados tzotziles de San Cristóbal de las Casas, Teopisca y Huixtán tiene su epicentro en Mitzitón, donde la asamblea ejidal es adherente a la otra campaña del EZLN. Este ejido se caracteriza por oponerse al proyecto gubernamental de hacer atravesar bosque y predios agrícolas por una muy anunciada autopista San Cristóbal-Palenque, la cual es apoyada por los evangélicos, si bien afectaría predios que no les corresponden, y muchos de ellos viven fuera de la comunidad.
Las acciones de violencia y provocación en que se han visto involucrados, incluyendo la muerte de un ejidatario meses atrás, han alimentado la versión oficial de un conflicto religioso. Y por si ese argumento no alcanza, se añaden problemas de tierras y disputas por cinco palos de madera.
En organización, discurso y acciones el Ejército de Dios posee un elemento castrense inocultable y está bien documentada su connivencia y amistad con las policías federal y estatales. Aunque no es visible una relación con el Ejército, resulta relevante mencionar que el perímetro de mayor conflictividad donde el Ejército de Dios actúa, con abiertas beligerancia e impunidad (pues sus miembros incurren en actividades ilícitas a la vista de todos), es contigua, literalmente, al cuartel general de la 31 zona militar de Rancho Nuevo, desde donde se irradia la estrategia contrainsurgente que lleva 16 años aplicándose, de manera progresiva, en los todos los Altos de Chiapas.
La agrupación pertenece a la iglesia Alas de Águila, con presencia en los Altos y diversas entidades del país. Muy vinculado en discurso y organizativamente a agrupaciones evangélicas de Guatemala, al igual que aquellas es muy afín a las tropas gubernamentales, que en Chiapas ocupan abrumadoramente los territorios indígenas. En Guatemala se vincularon claramente con la contrainsurgencia y uno de sus predicadores, el general Efraín Ríos Mont, fue dictador durante el peor periodo de la guerra civil que asoló al vecino país.
Según las propias iglesias reformistas, a finales del siglo pasado llegaron a Chiapas más de 5 mil 500 predicadores procedentes de Guatemala y dieron origen a múltiples iglesias, sobre todo evangélicas, con derivaciones presbiterianas y pentecostales.
No es la primera vez que grupos evangélicos protagonizan ofensivas paramilitares en Chiapas contra comunidades zapatistas y de simpatizantes. Entre 1996 y 1998, Paz y Justicia en la zona norte y el grupo armado que realizó la masacre de Acteal y las decenas de asesinatos que la precedieron estaban formados y dirigidos por miembros de iglesias evangélicas. Sin embargo, las versiones gubernamentales de presunto conflicto religioso no tuvieron éxito.
Priísta como aquéllos, el Ejército de Dios sí se presenta abiertamente como organización militar. No porta armas en sus desfiles, mas sus miembros las usan repetidamente en Mitzitón y alrededores. Mientras sostienen que su arma es la Biblia, usan consignas de los kaibiles y los marines estadunidenses.
Las vistosas credenciales de membresía y reconocimiento en “los procesos de adiestramiento del ‘peniel’ (como llaman a sus concentraciones de práctica)”, emitidas en junio de 2009, retratan en la mitad inferior a un marine con casco, uniforme de campaña, la bandera de las barras y estrellas en el hombro, apretando un arma de altísimo calibre y oteando con gran telefoto hacia el enemigo. Firma el reconocimiento al quinto lanzamiento de sus soldados la comandancia general de Ejército de Dios: ministro Esdras Alonso González, y apóstol Marlene Contreras González.
El Ejército de Dios no es indígena; incluso tiende programáticamente a desindianizar a sus seguidores. Muchos, como quiera, no lo son, pero en Chiapas ha reclutado a numerosos tzotziles. Apenas el pasado 18 de enero realizó una parada militar más en el centro de esta ciudad. Con la bandera nacional al frente, los soldados desfilaron de pantalón de campaña, camiseta y boinas rojas, al son de La marcha imperial de la guerra de las galaxias, de John Williams, que remite directamente a Darth Vader.
Allí aprovecharon para denostar la triple alianza (la llaman ellos): “Frayba, la otra campaña y catequistas”, a quienes insisten en culpar de la violencia en la región, del mismo modo que lo ha hecho el gobierno estatal.
Información proporcionada por Antonio Rojas
El descrecimiento es la punta de lanza de un importante número de propuestas que apuntan a un cambio en la forma de vivir de todos los habitantes del planeta ante la actual incertidumbre social, económica y medio ambiental. El objetivo de este blog es abrir un espacio a los comentarios y a la difusión de propuestas que permitan comprender algo elemental: no se puede ya crecer en un mundo finito, y con ello derribar el fetichismo del crecimiento.
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